La Inspección de Libertad Vigilada de Inglaterra y Gales evalúa los servicios de justicia juvenil en su informe de 2022

The Inspectorate of Probation of England and Wales assesses youth justice services in its 2022 report

La Inspección de Libertad Vigilada de Su Majestad (HM Inspectorate of Probation), el servicio de inspección independiente encargado de evaluar los servicios de libertad vigilada para jóvenes en conflicto con la ley en Inglaterra y Gales, ha publicado esta semana su ‘Youth Annual Report 2022’. El Inspector Jefe de Libertad Vigilada, Justin Russell, ha elogiado la mejora en general calidad de los servicios, con el 70 por ciento de los 33 servicios calificados como 'buenos' o 'sobresalientes', en comparación con el 58 por ciento en 2018/2019.

“Los niños y niñas que completan una medida privativa de libertad reciben un mejor apoyo en comparación con hace cuatro años, y estoy impresionado con la gama de servicios especializados disponibles para ayudar a niños y niñas con necesidades de habla, lenguaje y comunicación. Además, ha sido bueno ver que muchos niños y niñas ahora reciben las evaluaciones que necesitan para el autismo y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, aunque es preocupante cuántos solo reciben un diagnóstico cuando ingresan al sistema de justicia juvenil, y a menudo en la adolescencia.”

El informe de 2022 también señala que más niños y niñas son tratados extrajudicialmente, ofreciéndose cada vez más apoyo e intervención sin recibir una sanción penal.

Sin embargo, este informe anual también destaca las preocupaciones que persisten en torno a la educación, la formación y el empleo (ETE). “La cantidad de recomendaciones hechas a los servicios sobre este tema se ha duplicado desde el año pasado, la Inspección todavía encuentra servicios con una gran cantidad de jóvenes que no reciben ningún tipo de capacitación o educación, junto con altos niveles de exclusión permanente de la educación formal." En particular, los servicios que ofrecen apoyo a niños y niñas con necesidades educativas especiales fueron “los peor administrados”, al no identificar sus necesidades y planificar de manera efectiva su apoyo.