La Campaign for the Fair Sentencing of Youth (CFSY) ha publicado recientemente un nuevo informe sobre la alarmante imposición de sentencias de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional que continúa existiendo en los Estados Unidos.
Este tipo de sentencia es cada vez más inusual. En los últimos 12 años ha habido una disminución general del 85% de quienes cumplen estas sentencias, mientras que el número de estados que la prohíben ha aumentado en más del 800%. Sin embargo, veintidós estados todavía la permiten y ciertos estados han aumentado su porcentaje de niños y niñas que cumplen esta sentencia. Además, durante estos años el porcentaje de niños negros que cumplen cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional ha aumentado significativamente, del 60% a casi el 80% en la actualidad.
La continuidad de la cadena perpetua sin libertad condicional para niños y niñas también facilita que el sistema de justicia los condene a otras penas extremadamente largas. Por ejemplo, que exista la posibilidad de que se imponga este tipo de sentencia se puede utilizar para negociar y que los niños acepten acuerdos de declaración de culpabilidad, lo que da como resultado que los niños y niñas reciban largas condenas o cadenas perpetuas de facto con mínimas posibilidades de libertad condicional. Además, en un contexto en el que la cadena perpetua es una opción, sentenciar a un niño o niña a 20 años puede que se considere más aceptable, aunque esto exceda la sentencia máxima para muchas personas adultas en muchos países del mundo.