Sra. Marianne Moore. Experta en Justicia Juvenil. Reino Unido
Marianne Moore es especialista en justicia juvenil reconocida internacionalmente. Como directora del Estudio de Justicia Ltd entre sus clientes se incluyen: OIJJ, UNICEF en Afganistán y Turquía; y Reforma Penal Internacional. Recientemente, ha diseñado una política de prevención de la delincuencia para niños en Afganistán y ha proporcionado asistencia estratégica a dos organizaciones benéficas que trabajan con infractores en Uganda: el Proyecto de Prisiones de África y apoyo para la Vida.
Antes de crear el Estudio de Justicia Ltd, Marianne era una consultora en Cordis Bright Ltd donde dirigió tres exámenes de gran escala en centros de detención en Reino Unido para la Junta de Justicia de Menores de Inglaterra y Gales. Éstos se centraban en jóvenes infractores con necesidades de tratamientos específicos y aquellos que debían cumplir largas sentencias. Estando allí, también entrenó a profesionales de la justicia juvenil mejorando el cumplimiento de los Servicios de Jóvenes infractores con los Estándares Nacionales de la Justicia Juvenil en Reino Unido. Antes de trabajar en Cordis Bright, Marianne era una consultora en Tribal Consulting y Capita Consulting. Ha publicado trabajos sobre justicia juvenil y género, protección de menores y sobre estándares internacionales de detención de jóvenes. Tiene un master en Justicia Juvenil y Criminología aplicada de la Universidad de Middlesex y un graduado de la Universidad de Oxford.
La Comisión Europea apoyó al Observatorio Internacional de Justicia Juvenil (OIJJ) en el desarrollo y la coordinación del Proyecto MHYO – El análisis comparativo europeo y la transferencia de conocimientos sobre recursos de salud mental para jóvenes infractores. Como usted ha sido encargada del seguimiento del Proyecto MHYO- Volumen II, ¿cuál es su objetivo y qué es lo que define usted como innovador en los resultados obtenidos?
El tema de los jóvenes infractores con problemas de salud mental tiene poco reconocimiento y no se ha investigado lo suficiente. Hay un escaso compromiso nacional, incluso menor que en la cooperación internacional, y se centró en la búsqueda de soluciones para el asunto en cuestión que ahora está muy extendido. Estar en conflicto con la ley es un tema tabú, y el tener problemas de salud mental otro. La gente, por lo general, no sabe cuál es la mejor manera de enfrentarse a esa situación, por lo que finge que no es real. Por eso, el Programa MHYO tiene por objetivo poner este tema en la agenda internacional, y eso es innovador. Su objetivo es proporcionar una nueva investigación, destacando las mejores prácticas, y dar medios prácticos para mejorar la situación de los jóvenes infractores con problemas de salud mental. Además, intenta captar la atención a todos los niveles sobre la toma de decisiones e, incluso, ofrecer formas y soluciones prácticas para la mejora en la práctica in situ. Así pues, es una campaña global para mejorar la vida de los jóvenes infractores con problemas de salud mental, lo cual era necesario desde hace bastante tiempo.
Como resultado del Proyecto MHYO, se sabe que los profesionales que trabajan con los jóvenes infractores con problemas de salud mental a menudo no reciben la formación adecuada; y anteriormente usted preparó a los profesionales de justicia juvenil. ¿Cuáles fueron los principales tipos de destrezas que dichos profesionales carecían y que necesitaban al mismo tiempo ser formados en ellas? En general, ¿qué tipo de formación considera que es fundamental que tengan los profesionales?
El sistema de justicia juvenil es en el único que existe una gran diversidad de profesionales implicados: policías, funcionarios de prisiones, trabajadores sociales, profesores, psicólogos, abogados y jueces; todos ellos tienen diferentes tipos de formación, de experiencia y de educación/estudios. Cada uno tiene muy claro cuál es su papel en relación con los jóvenes infractores, y la mayoría de los profesionales que he conocido son íntegros, y tienen un completo compromiso con lo que necesitan para conseguir ayudar a los menores en su trabajo. Las dificultades radican en la forma en la que estos profesionales ven a los demás y de cómo trabajan juntos. Como son tan diferentes, a menudo puede haber una falta de entendimiento entre las profesiones en cuanto a qué es exactamente lo que hace cada uno, y de si es beneficioso para todos. Por ejemplo, los funcionarios de prisiones tienen un enfoque muy diferente de trabajar con los menores que el que tienen los psicólogos, y con frecuencia se crean desconfianzas entre ambos. Por lo tanto, yo diría que no es tanto que los profesionales carezcan de ciertas destrezas, sino que puede ser muy beneficioso el aprendizaje de unos con otros en un entorno de formación multi-profesional. La formación más eficaz sería que los diferentes profesionales aprendieran juntos acerca de los menores con problemas de salud mental, en un foro donde puedan compartir ideas, soluciones y experiencias. De esta manera, ellos pueden aprender unos de otros sobre los enfoques y las motivaciones, construyendo una mayor confianza entre ellos mismos, para que así puedan trabajar en una colaboración mejor.
¿Cuáles son los principales puntos más importantes identificados durante la primera sección del Proyecto MHYO – Volumen II “MHYO - Herramientas de formación para la mejora de los conocimientos y destrezas de los profesionales”, diseñado para guiar al lector a través del camino de los jóvenes infractores con problemas de salud mental a través del sistema penal de justicia?
Sabiendo que un menor puede tener un problema de salud mental en cualquier punto del recorrido por el sistema penal de justicia, es mejor que no haberlo sabido. Por eso, en todos los puntos del recorrido del menor es importante que se le proporciones la evaluación y el apoyo adecuados. Obviamente, que se descubra cualquier otro problema anterior es mejor para el individuo, para que reciba la atención adecuada. Por lo tanto y teóricamente, lo mejor sería que los menores que tienen problemas se les sean reconocidos antes de que entren en contacto con el sistema penal de justicia, o como muy tarde, en el momento de la detención. Sin embargo, el aspecto más importante en los puntos de intervención no es solo que se haya detectado en el menor sus problemas, sino que haya una estrategia clara para la intervención y el apoyo a ese menor, para que se entiendan y satisfagan sus necesidades.
En el Proyecto MHYO – Volumen II, ¿qué recomendaciones cree usted que son las más importantes, las que los Estados deben poner en práctica para mejorar la situación de los menores que sufren de problemas de salud mental?
El tema de los jóvenes infractores y los problemas de salud mental es muy amplio, y por lo tanto, muy poco reconocido, por lo que todas las recomendaciones formuladas por el OIJJ deberían de tenerse en cuenta por las organizaciones internacionales y las partes nacionales interesadas. Así que queda mucho por hacer. Sin embargo, creo que las recomendaciones para los gobiernos nacionales pueden ser el mejor punto de partida para empezar a hacer frente a este problema tan extendido. En particular, es de vital importancia garantizar que los Estados adopten una serie de medidas para prevenir que los menores que tienen un problema de salud mental, entren en el sistema penal de justicia a través de una adecuada detección regulada. Pero también es importante el asegurar que todos los menores que han sido diagnosticados con un problema, enfermedad o trastorno de salud mental en cualquier etapa, se encuentren a lo largo del proceso legal, y que se les envíe a las instalaciones que estén habilitadas para el tratamiento eficaz para su problema de salud mental.
¿Cuáles serían los principales pasos y el procedimiento a seguir y a recomendar para ayudar a las partes nacionales interesadas y a los expertos a desarrollar un programa de evaluación y de apoyo, para así mejorar la prestación de los servicios para jóvenes infractores con problemas de salud mental?
Primero, las partes nacionales interesadas y los expertos necesitan tener claro cuál es la situación específica que hay en sus países en relación con los menores con problemas de salud mental. Cada sistema de justicia nacional es diferente y los problemas a los que los menores se enfrentan también son distintos. Por lo tanto, y como primer paso, será crucial que las partes nacionales interesadas y los expertos de cada país tengan un profundo conocimiento sobre la situación de su país al respecto. Por ejemplo, puede que haya un tema/asunto en particular relacionado con los menores que tienen un doble diagnóstico sobre su problema de salud mental y esté relacionado con el abuso de sustancias. Este análisis de la situación proporciona tanto una base para la futura evaluación, como una imagen clara sobre las necesidades particulares del país y de las cosas que tienen que cambiar. A partir de ahí, se puede establecer quién necesita realizar dichos cambios necesarios. Una vez que se identifican esta toma de decisiones, los expertos y las partes interesadas pueden trabajar sobre qué es lo que estos individuos pueden necesitar saber u oír, con el fin de introducir mejoras para la disposición de los menores con problemas de salud mental.