Barry Goldson, titular de la Cátedra Charles Booth de Ciencias Sociales, Universidad de Liverpool
El profesor Barry Goldson es titular de la Cátedra Charles Booth de Ciencias Sociales de la Universidad de Liverpool (Reino Unido). Es igualmente profesor investigador visitante de la Facultad de Derecho en la Universidad de Nueva Gales del Sur, Sídney (Australia); profesor visitante de Ciencia Social en la Universidad Liverpool Hope (Reino Unido); y profesor adjunto de la Escuela de Justicia en la Universidad QUT de Brisbane (Australia). Ocupa así mismo los cargos de presidente de la Red de Criminología Juvenil/Justicia Juvenil (YC/YJN) de la Sociedad Británica de Criminología, y co-director del grupo de trabajo sobre Justicia Juvenil de la Sociedad Europea de Criminología (TWGJJ).
El profesor Goldson, miembro académico del Consejo Europeo de Justicia Juvenil, ha realizado una amplia labor de investigación y publicación a lo largo de su carrera. Sus publicaciones más recientes incluyen: Youth Crime and Juvenile Justice, Youth in Crisis? ‘Gangs’, Territoriality and Violence; Youth Crime and Justice, segunda edición, y Justice and Penal Reform: Re-shaping the penal landscape.
Actualmente trabaja en tres libros que serán publicados entre 2018 y 2019: Juvenile Justice in Europe: Past, Present and Future (2018); Youth Justice and Penality in Comparative Context (2018) y Re-imagining Juvenile Justice (2019). El profesor Goldson cuenta con una red de contactos por toda la comunidad internacional investigadora y relaciones establecidas con varias organizaciones gubernamentales y no gubernamentales nacionales e internacionales dedicadas a los derechos humanos y al progreso de reformas penales.
Usted ha investigado cómo los estándares internacionales de derechos humanos se aplican a los sistemas de justicia juvenil en el Reino Unido. Desde su punto de vista, ¿qué áreas de los sistemas del Reino Unido requieren actualmente una mejora más urgente a este respecto?
Sí, es verdad, he mantenido un continuado interés por investigar temas que tratan la relación entre los estándares internacionales de derechos humanos y las leyes, políticas y prácticas de la justicia juvenil, tanto en las jurisdicciones del Reino Unido como en otros lugares. De hecho, mucho de mi trabajo busca llamar la atención sobre una paradoja curiosa. Por un lado, cada nación constitutiva dentro del Reino Unido ha ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas junto con varios estándares internacionales relacionados de derechos humanos que afectan directamente a la justicia juvenil. Por otro lado, el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas ha denunciado de forma continua las violaciones de los derechos humanos de los niños que ocurren dentro de los sistemas de justicia juvenil en el Reino Unido.
Quizás estas violaciones destacan más dentro del ámbito de las medidas penales de privación de libertad. Pero esta problemática no sólo se da en relación a estas medidas de privación de libertad de los niños. De hecho, mi trabajo más reciente en esta área pone de relieve las violaciones de los derechos humanos de los niños en todos los ámbitos en los que operan los sistemas de justicia juvenil, incluyendo: las prácticas policiales; limitaciones impuestas a la libertad de movimiento y asociación de los niños; la naturaleza inadecuada de los tribunales y los procedimientos judiciales; la medida en la que se compromete la privacidad de los niños y/o el grado en que su futuro resulta negativamente afectado por antecedentes penales. Por eso, todas las áreas del sistema de justicia juvenil requieren reformas fundamentales si esperan cumplir con los estándares internacionales. Un buen punto de salida sería aumentar la muy baja edad mínima de responsabilidad penal.
En su artículo 'Juvenile justice, young people and human rights in Australia' menciona “violaciones sustanciales y procedurales de los derechos humanos que afectan a los jóvenes en la justicia juvenil, de las cuales muchas afectan desproporcionalmente a dos grupos sobre-representados: los jóvenes indígenas y los que tienen trastornos de salud mental y discapacidades cognitivas”. ¿Qué tiene que cambiar para proteger mejor los derechos de estos dos grupos desproporcionalmente representados?
Sí, ese artículo fue publicado en una edición reciente de la revista Current Issues in Criminal Justice. La criminalización desproporcionada y continuada de niños indígenas en Australia es, francamente, impactante. Se puede argumentar que los casos más graves se dan en relación con la extrema sobrerrepresentación de los niños indígenas en custodia penal. Nacionalmente, los niños indígenas constituyen más de la mitad de los niños cumpliendo medidas penales de privación de libertad, que significa que tienen una probabilidad de ser encarcelados 24 veces más alta que la de los niños blancos. Del mismo modo, los niños con trastornos de salud mental, discapacidades cognitivas y necesidades complejas tienen una probabilidad mucho mayor de experimentar criminalización y medidas de privación de libertad. He argumentado, junto con colegas de profesión, que este fenómeno equivale a ‘castigo cruel e inusual’. Estas injusticias graves y sistémicas requieren atención urgente.
La criminalización innecesaria e injusta de los niños indígenas y los que tienen necesidades complejas no tiene cabida en cualquier sociedad que pretenda ser civilizada. Estos fenómenos no se limitan a Australia, por supuesto. El racismo y la discriminación a personas con discapacidad son rasgos comunes de los llamados sistemas de ‘justicia’ en todo el mundo. Se necesita una profunda reforma de la justicia juvenil a nivel global. Espero que el recién anunciado Estudio Global de Naciones Unidas sobre los niños privados de libertad nos ayudará a entender ‘lo que necesita cambiar’.
Usted se encuentra actualmente en el proceso de editar un libro sobre la evolución de sistemas de justicia juvenil en Europa. En su opinión, ¿estos sistemas están evolucionando con éxito hacia un enfoque de justicia juvenil adaptada a los niños conforme a los estándares internacionales? ¿Cuáles son los obstáculos principales en contra de este objetivo?
El movimiento para lograr una ‘justicia adaptada a los niños’ que está impulsando el Consejo de Europa es de suma importancia, y las Directrices para una justicia adaptada a los niños adoptadas oficialmente por su Comité de Ministros en 2010 son primordiales. Igualmente, a pesar de las violaciones extendidas de los derechos de los niños, los estándares internacionales proporcionan una base muy firme sobre la que construir. En este sentido sería incorrecto subestimar los enormes esfuerzos que están siendo destinados hacia el proyecto de ‘justicia adaptada a los niños’. Pero también tenemos que seguir estudiando atentamente la evidencia disponible, no podemos permitirnos ser complacientes.
La gran sobrerrepresentación de los niños más desfavorecidos en los sistemas de justicia juvenil a través de Europa y en otros sitios, como ya se ha señalado antes, proporciona un cierto sentido sobre los obstáculos contra la obtención de nuestro objetivo principal. Personalmente, no me siento derrotado por esto, sino motivado. Todos tenemos que continuar con nuestro trabajo, con esfuerzos renovados, hacia la implementación fiel e intransigente de los estándares internacionales. Sin tal empeño determinado y colectivo nunca proporcionaremos justicia verdadera a los niños en conflicto con la ley.
En su libro Re-Imagining Juvenile Justice, que será publicado el próximo año, usted aspira a ‘re-imaginar’ algunos conceptos principales del ámbito de la justicia juvenil. ¿Cuáles son los conceptos que más necesitan ser reconceptualizados, y por qué?
Ésta es una pregunta muy amplia. De hecho, el completar mi libro se ha retrasado, ¡en gran parte por la enormidad de esta misma pregunta! Pero si nuestro objetivo es proporcionar respuestas a niños en conflicto con la ley que de verdad tomen en cuenta los asuntos de derechos humanos de los que hemos hablado mientras que, al mismo tiempo, den respuesta a las necesidades de la sociedad en cuanto a la reducción del crimen y a la seguridad ciudadana, no podemos permitirnos seguir dependiendo de sistemas de justicia juvenil que muestran en repetidas ocasiones no estar preparados para su propósito.
Durante la mayor parte de doscientos años básicamente hemos producido y reproducido sistemas deficientes. Así que, el proyecto de ‘re-imaginar’ pretende remover maneras establecidas de pensar sobre, y en respuesta a, los niños en conflicto con la ley. Muchos colegas a través del mundo – investigadores, legisladores, profesionales y otras personas implicadas – están determinados a fomentar este objetivo. Por mi parte, ¡necesito ponerme a trabajar y terminar de escribir el libro!